miércoles, 6 de abril de 2011

Heraldo Político: Juan Ochoa Vidal / Columna / Abr 06

(Publicado en el Diario El Heraldo de Tabasco)

Seriedad, ¿dónde estás?

Desde el año pasado, los hermanos Sibilla abrieron un espacio, en su programa Tele-reportaje, denominado Por la Libre. Los invitados a participar en ese segmento -entre quienes han figurado personas que se dedican a distintas actividades, no sólo a la política o comunicación- disponen de unos tres minutos para abordar el tema que deseen.

A invitación directa de Emmanuel Sibilla Oropeza, el viernes antepasado grabamos nuestra participación, la cual fue transmitida este martes. Quisimos emplear un lenguaje accesible para todos y con un tema, a nuestro juicio, pertinente. La transcripción del comentario es la siguiente:

Buenas días. Somos un estado en el que pareciera que no están definidos los tiempos electorales, en virtud de que no hay día en que no se hable de eso que se denomina grilla. Prácticamente cualquier asunto es politizado.

Atender problemas gravísimos como el del narcomenudeo en centros educativos y de supuesta recreación, no es nuestra prioridad.

Tampoco lo es abatir el desempleo, ni establecer medidas de protección a nuestra planta productiva, cuando que en las últimas tres décadas la actividad petrolera fue aprovechada, mayormente, por empresas foráneas que ni siquiera declaran al fisco en Tabasco.

Si bien cada tres años son las elecciones federales y locales, los años intermedios igualmente los pasamos imbuidos en la politiquería. Con morbo esperamos a que llegue cada día para escuchar y leer cómo los políticos exhiben los trapitos al sol.

Perdemos el tiempo. Se nos continúan escapando las mejores oportunidades de superación. Nuestro pueblo está cansado ya de pleitos estériles. Ante cotidianas acusaciones de corrupción, que por lo regular no son llevadas ante tribunales, ya casi se perdió toda capacidad de asombro.

¿Hasta cuándo? Es la pregunta que muchos nos hacemos; aunque a decir verdad la gran mayoría de los tabasqueños estamos ocupados en tratar de sobrevivir ante la crisis económica, sin prestar tanta atención ya a los conflictos políticos.

¿Será que algún día podamos los tabasqueños aprender a separar esos tiempos políticos de los tiempos que debieran ser de trabajo colectivo y fecundo?

¿Será acaso posible que tanta gente valiosa que hay en los diversos alineamientos partidistas, alguna vez se pongan de acuerdo para atender problemas comunes sin distraerse en encontrar a cada momento la oportunidad de meterle una zancadilla al adversario?

La problemática atañe a todos: el analfabetismo funcional que afecta incluso a egresados de universidades y tecnológicos; la inseguridad pública y esa especie de guerra civil en que se convirtió la lucha contra y entre el crimen organizado, como recientemente redefinió el salinista Sócrates Rizzo; la desocupación, las inundaciones, el caos vial por la falta de una adecuada planeación en esa materia, la desintegración familiar…

Son tantos los problemas que tenemos encima y todos nosotros, lamentablemente, continuamos viviendo en la trivialidad y ocupados en infiernitos personales.

No formalizan denuncias

Hasta ahí, el comentario. Previamente, el presidente estatal del PRD, Javier May, salió al aire para presentar nueva denuncia en la que involucra al secretario de Salud, Luis Felipe Graham. Pero cuando se le pregunta si ya formalizó la acusación en torno de lo que se ha dado en llamar “Salmongate”, confesó que no lo ha hecho. Y ya pasaron varios meses.

¿Qué ha pasado con las fuertes acusaciones que, en su momento, se hicieron en contra de Héctor López Peralta? ¿Alguna se llevó ya al terreno judicial?

El pasado lunes, el constructor y ganadero Manuel Ordóñez Galán habló en el mismo programa radiofónico para informar acerca de una serie de eventos charros, y aprovechó para expresar su opinión sobre temas políticos. Insistió en que hay corrupción, especialmente en el sector de la obra pública.

El conductor del programa le recordó que no se pueden probar fehacientemente muchas de las cosas que se dicen, muchas de las cosas que se acusan. Lo que a continuación responde Ordóñez, es toda una perla:

“Bueno, yo creo que quienes están obligados a probar, es a los que se denuncian. ¿No? Ellos son los que deben probar de que se están conduciendo con la supuesta honestidad con la que dicen que lo hacen. Nosotros debemos exigir que se nos informe, que se nos publique los estados financieros del estado, cosa que han hecho de una manera totalmente maquillada, simulada.

“Nunca nos han enseñado los números reales, y una fracción partidista dice una cosa, y otra dice otra en el Congreso del Estado, que es la máxima tribuna, que es el órgano que realmente nos debe transparentar el manejo de los recursos, y los resultados de los programas de trabajo”.

Manuel Ordóñez claramente se equivoca en un punto toral: nadie está obligado a probar su inocencia. Por el contrario, conforme al régimen constitucional y legal que nos rige, todos somos inocentes a menos que se demuestre lo contrario. Es ingeniero, no abogado; pero debiera saberlo porque es tema de primaria.

Lamentablemente, en un contexto de analfabetismo funcional al que nos hemos referido en estos días, no pocas personas –incluso poseedoras de un título profesional y hasta de postgrado- piensan que, en efecto, basta con que se acuse a alguien de algo por algún medio, para ser considerado culpable en juicio sumario. Y al paredón.

Y no se trata aquí de defender a alguien. No nos consta la honradez de persona alguna.

De los apuntes

Carlos Salinas de Gortari fue la estrella fulgurante en la ceremonia de toma de posesión del nuevo gobernador de Quintana Roo. ¡Cómo lo odian algunos! Ya hasta risa da.

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