lunes, 4 de abril de 2011

Heraldo Político: Juan Ochoa Vidal / Columna / Abr 04

(Publicado en el Diario El Heraldo de Tabasco)

Basta

No podemos seguir así. Ya perdimos los pasados 35 años, durante los cuales nuestro estado recibió –especialmente hasta finales de los noventas- aportaciones presupuestales extraordinarias, producto de la actividad petrolera, al tiempo que se diversificaba y enriquecía nuestra idiosincrasia al incorporarse al conglomerado social tabasqueño familias completas provenientes de muchas partes del país y el extranjero.

Nos pasamos la vida quejándonos del gobierno y, en general, de las sinvergüenzadas de los políticos identificados con cualquiera de las siglas partidistas actuantes hoy. No sólo esperamos que sea el Estado quien resuelva el problema del desempleo y la reducida actividad económica, sino que además cuando las autoridades emprenden o anuncian un proyecto de infraestructura somos los primeros en encontrarle defecto.

Estamos prestos al chisme, a la pérdida de tiempo. Al iniciar cada jornada cotidiana, en vez de ocuparnos en encontrar la manera de salir adelante en nuestros problemas, en el trabajo, en el estudio, en familia, la prioridad es buscar a quién le echamos la culpa de las circunstancias y canalizar todas nuestras energías hacia el morbo y el rencor.

Cuando vamos a otro estado descubrimos avances. Lo primero que se nos ocurre es echarle la culpa otra vez al gobierno en turno o a los que le antecedieron. Pero jamás hacemos juicio autocrítico: qué hemos hecho nosotros, qué hemos dejado de hacer.

Lugar recurrente es criticar el hecho de que Tabasco se mantiene en casi el último lugar nacional en materia educativa. Y ni se diga en cuanto a formación humana integral, cultura y educación política; porque además confundimos eso último con la facilidad para mover la lengua e incurrir en aquello que despectivamente se denomina grilla.

¡Ah! Pero, eso sí, no nos analizamos a nosotros mismos: ¿Cómo andamos en ese rubro? ¿Nos hemos esforzado, acaso, en formarnos adecuadamente? ¿Aprovechamos el tiempo escolar? ¿Qué hacemos al respecto, como adultos, para corregir deficiencias personales? ¿Qué hace esa mitad de la población de Tabasco que, según el último censo, tiene a lo mucho 25 años?

¿Por qué no reconocemos –con afán de reencauzar el rumbo- que somos, la inmensa mayoría, analfabetas funcionales que adolecen hasta de lo fundamental, como en lo referente a la incapacidad de escribir un pequeño texto sin errores ortográficos y de sintaxis?

Y aquellos que tenemos acceso a una computadora e internet, ¿qué acaso no nos pasamos perdiendo el tiempo en trivialidades y hasta francas estupideces, así como en denostaciones y en la crítica que somos incapaces de fundamentar?

Sí: no podemos seguir así. Somos tan inteligentes y fuertes como los japoneses que se levantaron luego de la Segunda Guerra Mundial hasta erigirse como la tercera potencia económica mundial, y que ahora deberán luchar durante algunos años para poder levantarse de nuevo.

Podemos ser tan capaces como los finlandeses –situación que muchos desconocen porque somos un pueblo que apenas lee encabezados de nota roja y que nos embobamos con la televisión chatarra- que a inicios de los noventas cayeron en una profunda crisis, derivada del colapso soviético, y que al cabo de diez años se recuperaron al punto de que algunas de sus empresas son hoy de las más importantes del mundo, como es el caso de Nokia.

En lo personal nos preocupa observar cómo, afectados por la mediocridad crónica, por ese marcado rechazo a usar las herramientas que hoy brinda la tecnología para informarnos y no simplemente para usarlas como recreación, somos cada día más manipulables y actuamos como borregos.

Un ejemplo reciente se tiene con el tema de los árboles que tienen que ser quitados para reconstruir y ampliar la vialidad en Ciudad Industrial, con el propósito de resolver no un simple problema de tráfico vehicular, sino toda una compleja problemática urbana y humana que tiene que ver con nuestra salud, con la productividad, con nuestra economía y, desde luego, con el entorno ecológico.

No hace falta ser un experto en esos asuntos para darnos cuenta de que no sólo se debe resolver el problema vial en ese punto de la ciudad, sino que tenemos que ir más allá. En lugar de oponernos a esas obras, hay que demandarle a las autoridades que apresuren el desarrollo de proyectos de modernización en todos los accesos de la capital y dentro de ella, así como en otras ciudades como Cárdenas, Comalcalco, Macuspana, Paraíso o Teapa, que desde hace buen rato registran un crecimiento anárquico.

En este contexto, nos congratulamos de los proyectos ya anunciados para reorientar el crecimiento urbano de Villahermosa principalmente hacia la zona alta de Dos Montes.

Y no sabemos quién vaya a ser el próximo gobernador y de qué filiación partidista, pero sí deberemos asegurarnos de que posea la visión amplia, holística, así como el pleno compromiso de emplear con eficiencia y eficacia los recursos disponibles, y gestionar los que resulten necesarios, para que superemos los actuales problemas, en todos los rubros.

Y todo el resto de la sociedad tabasqueña, ojalá entendamos cuál es el signo de los tiempos; con qué celeridad se están complicando las cosas en todo el mundo, principalmente por ese signo en verdad apocalíptico que se llama sobrepoblación.

Ante todo ello, no faltarán los politiquillos que insistan en continuar peleándose, insultándose, y que intenten manipular a la colectividad con la intención de llevar agua a su molino. Allá ellos. Como dice nuestra gente: tirémoslos de a loquito.

Que tenga una semana decisoria en su vida, querido lector.

Juan_ochoa45@hotmail.com

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