martes, 5 de abril de 2011

Doble Filo: Homero T. Calderón / Columna / Abr 05

(Publicado en el Diario Tabasco Hoy)

Entre la negligencia y el desastre

En Tabasco no aprendemos de la desgracia. O mejor dicho, nuestra cabecita es muy dura pa´ entender. Fuimos dueños de muchísimo petróleo, pero nuestros irresponsables anteriores gobernantes terminaron por perder todos los beneficios que éste da. Nunca le demostraron a la Federación lo que es ser dueños de este tesoro. Somos también dueños del 29 por ciento del agua nacional, pero somos tan negligentes y predadores con ella, que si no reflexionamos ahora, tan preciado tesoro se irá para nunca más volver. Fuimos dueños de una selva que rica en maderables nos pudo haber proyectado como un estado rico y poderoso, pero entre la avaricia de tres bergantes, uno de ellos el famoso Policarpo Valenzuela, arrasaron con toda la madera del estado y hoy ni siquiera hay árboles para que se refresquen sus semovientes antes del matadero. Tuvimos ya dos inundaciones –tan pavorosas ambas- que Villahermosa pudo haber desaparecido del mapa. No aprendimos –desgraciadamente- de ellas. . No sembramos ni un pinche arbolito para que nuestra casa se proteja del perrisimo sol tropical. Pero lo más pavoroso e irresponsable es que ni con tamañas adversidades hemos sido capaces de ponernos a pensar, a reflexionar sobre lo que somos como tabasqueños. ¿Y qué somos? Interminables recuas de bestias. ¿Nos hemos puesto a pensar –por ejemplo- que cuando menos 600 mil habitantes de Villahermosa, mandamos toda nuestra mierda y desperdicios al Grijalva, al Carrizal? (A Cliceria eso le valdría "lerga"). Uno de los proyectos de Andrés Manuel López Obrador, a quien los columnistas y demás fauna de la comunicación comprada tunden todos los días, nos propuso que sembráramos un millón de árboles en el sureste para oponer una barrera (Una cortina natural) para prevenir los malos tiempos. Como la propuesta provenía de él, todo mundo se hizo pendejo. Pero en fecha reciente, indignados hipócritas del rumbo de la Indeco se tiraron al suelo, prendieron veladoras porque les van a tirar 500 árboles. De repente les llegó la preocupación por el medio ambiente. Ojalá podamos hoy sembrar aunque sea un árbol por ciudadano. No hay sin embargo mal que por bien no venga. El pasado 2010, gracias a un pronóstico equivocado de Conagua –(Pronosticaron sequía y cayeron cortinas interminables de agua porque les falló el satélite -ay mojo, Segovia-), en Balancán se prepararon para lo peor. La obra pública del año pasado allá que hizo Milton Lastra Valencia, dedicó gran parte del presupuesto para perforar unos mil pozos profundos y hasta un distrito de riego experimental. En ese municipio entonces, si no pasa nada extraordinario, la sequía se las interpelará este año, porque su presidente, con sólo usar el sentido común, fue previsor y responsable en beneficio del pueblo…

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.