sábado, 2 de abril de 2011

Doble Filo: Homero T. Calderón / Columna / Abr 02

(Publicado en el Diario Tabasco Hoy)

Donde los bosques se cubren de encino

Hará unas 24 horas, este columnista trataba de disfrutar con un “Douro” (Muxagata) portugués, que le acercó María Sampaio Antúnes, apreciadísima esposa de Joaquín Sosa Franyutti, uno que parecía apetitoso corte de res que le acercó a éste su servidor, en calidad de presunta excelencia, su mujer (Mi Toña, pues).Ésta me explica que lo adquirió en el Frigorífico de la UGR, que obviamente muy mal regentea Freddy Priego Priego. Y digo que mal regentea, porque el corte de marras parecía más bien producido para beneficio de algún perro, o quizá un gato. Me dije para sí: a Freddy ya no le interesa producir carne decente para gente decente.

Quizá las prebendas que recibe en Sagarpa y Sedafop son tan cuantiosas, que vendernos carne de verdadera calidad, ya no es prioridad en la UGR. Lo cierto es que hice a un lado tan detestable pellejo, pero el “Douro”, quebrantado a unos 22 grados (Beberlo a los 43 grados de antier jueves hubiera sido una temeridad), me produjo una sabrosa cuanto incipiente ebriedad. Bajaba tan bien por mi garganta que a la primera botella le siguió una segunda y hasta una tercera. Luego, mi Toña, me acercó un pequeño “discman” para que este su viejo disfrutara de un poema de Antonio Machado, que en los años 70 musicalizó el genio de Poble-zec, Barcelona, Joan Manuel Serrat. Usted debe recordarlo:

Todo pasa y todo queda,
Pero lo nuestro es pasar,
Pasar haciendo caminos
Caminos sobre la mar

Nunca perseguí la gloria,
Ni dejar en la memoria
De los hombres mi canción;
Yo amo los mundo sutiles,
Ingrávidos y gentiles
Como pompas de jabón...
Me gusta verlos pintarse
De sol y grana, volar,
Bajo el cielo azul temblar
Súbitamente y quebrarse…

Caminante, son tus huellas
El camino y nada más;
Caminante no hay camino,
Se hace camino al andar…

Es claro que la tarde que empezó muy mal con los pellejos que expende como carne de primera, Freddy Priego Priego, la compusieron generosamente el “Muxagata” portugués y los genios de Serrat y Machado. Espero que usted –por salud física- no vaya al “frigoríficio” para que lo envenenen con pellejos para el gato…

EN TORREÓN, SEMBRARÁN 100 MIL ÁRBOLES

Hace muchísimos años (debe haber sido por los años 56 ó 57 del siglo pasado, junto a algunos de mis tíos y primos, pude viajar a dos estados: Coahuila y Durango. Tengo de aquel periplo una imborrable impresión. Los bosques de Durango me parecieron impecablemente verdes y hermosos.Un vientecillo entre amable y frío nos calaba los huesos. Aún así, el que esto escribe, con su incipiente vida de infante, adoró para siempre esos instantes bucólicos. Qué bosques los de Durango. Los pequeños caseríos hechos de troncos me hicieron soñar despierto. Hoy, desgraciadamente, dicen, son propiedad de los narcotraficantes y aquello ya no es vida.

Pero yendo hacia el noroeste, hacia Coahuila, un paisaje también impresionante que dinamizó mis cinco sentidos, me hizo disfrutar más la vida: las ciudades de Lerdo y Gómez Palacio, en Durango y Torreón, en Coahuila, incipientemente industriales en aquella época, empezaban a tragarse el paisaje, a contaminarlo. Lo que alguna vez fue verde –no tan verde como en Tabasco- empezó a hacerse desierto. Dos ríos son (o eran) ahí los reyes: el Nazas y el Aguanaval. El primero, alimentando a la Laguna de Mayrán y el segundo a la de Viezca. A más de 50 años después que fui testigo de tal esplendor, el Nazas es prácticamente un río a punto del deceso.

Y el Aguanaval, un poco más animoso, anda igual que su hermano mayor, a punto de secarse. En Torreón, desgraciadamente, se tardaron más de 60 años en darse cuenta que los árboles y el agua son la quintaesencia de la vida. Se cansaron los laguneros de cagarse en sus ríos, de ensuciar sus ciudades, de contaminar el ambiente. Pero ayer viernes, si mis datos son exactos, ¡empezaron desesperadamente, ya “in artículo mortis”, a sembrar 100 mil arbolitos! Siembran para sus hijos y su futuro porque a su pasado y presente ya le partieron media madre. En mientras, diría mi tía Justa, en Tabasco, en las colonias Indeco I, II, III y IV secciones, la Industrial y alrededores, igualmente que los puercos laguneros, todo lo contaminaron.

Hicieron al “ai se vá” horribles casas en el cauce y riberas del río Medellín, se robaron la calle lateral del Boulevard Industria Nacional, nunca fueron capaces ni de sembrar un pinche árbol de mango en sus lotes, pero hoy marchan y exigen al gobierno que les siembre 10 mil árboles. ¿No cree usted, lector lectora, que tales bergantes se tardaron, al igual que los de Torreón, Lerdo y Gómez Palacio, en la región Lagunera, más de treinta años?…

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