lunes, 11 de abril de 2011

Cayuco: Enrique Muñoz González / Columna / Abr 11

(Publicado en el Diario de la Tarde)

El Pri apuesta a la unidad

“Ni todas las que tiran pegan, ni
todas las que pegan matan”.
Tomás Garrido Canabal.

Tomás Garrido Canabal fue un gobernante polémico, sobre todo porque persiguió a los curas malos, quemó santos porque los dirigentes de la iglesia católica en Tabasco se metían en política y decidieron enfrentar al gobierno de esa época.

Hablar del Hombre del Sureste es meterse en polémica, pero hay que reconocer que hubo cosas buenas y cosas malas desde luego, pero fueron tiempo y circunstancia, se abrieron las puertas del progreso y se comenzó hablar de Tabasco, la agricultura floreció y se persiguió el clandestinaje de bebidas embriagantes.

El pasado viernes Arturo Abreu Ayala fue el orador oficial en el 68 Aniversario Luctuoso de don Tomás Garrido Canabal. El responsable del CADEM se vio como un servidor público maduro e inteligente tratando de dar el mensaje para el pueblo de Tabasco, que no es otra cosa que mostrar la unidad que se pretende en el PRI, y en el gobierno para sacar un sólo candidato al 2012.

Para entender a Tomás Garrido hay que leer la historia de Tabasco y la de Méjico, eran pantanos, ni quien quisiera venir al ‘infierno verde’ a ser devorado por mosquitos o enfermedades gastrointestinales, sin embargo Tomás Garrido le dio a la feria de los tabasqueños el toque necesario para que hasta el día de hoy tengamos esa fiesta de todos los tabasqueños.

Tiene razón Arturo Abreu en su elocución cuando señala: Antes de pensar en satanizar a Garrido imaginemos por un momento ese Tabasco donde el agua era más que tierra y la tierra estaba incomunicada, aferrada a la selva e inundada de plagas; ese Tabasco donde campeaba la ignorancia, el analfabetismo y la “justicia” estaba en manos de los caciques lugareños.

Ese Tabasco donde las decisiones para hacer progresar las regiones de Méjico procedían de la Capital del País, partiendo de un centralismo absurdo, donde no se tomaba en cuenta la geografía y necesidades de las regiones, para dejarlo más claro, ese Sureste que no existía para quienes en el Norte y Centro del País habían hecho la lucha armada.

A Don Tomás le toca la época histórica, donde a la mujer se le da por primera vez el voto como un derecho de elegir a sus gobernantes y de ser votadas a cargos de elección popular, una parte sumamente importante porque el llamado Sagitario Rojo apoyó con todo esa conquista social.

Arturo Abreu, para poder hablar del futuro voltea de reojo a ver el pasado, para ver lo positivo de cada gobernante y reconocer el trabajo, el esfuerzo, pero sobre todo para darle un lugar preponderante al trabajo social que cada gobierno desarrolló en la historia de su mandato.

LA PIRAGUA

Desde los gobiernos donde sólo existíamos como una zona pantanosa, el reparto agrario, la tenencia de la tierra, que no permitió más darle vida a los caciques como lo hizo don Francisco Trujillo.

De Noé de la Flor Casanova: gran difusor de la cultura y de los escritores tabasqueños.

De Francisco J. Santamaría: el fortalecimiento cultural y educativo.

De Manuel Bartlett Bautista: las primeras obras hidrológicas para tratar de proteger de inundaciones y desastres a Tabasco por el desbordamiento de sus ríos.

De Miguel Orrico de los Llanos: el restablecimiento de las ferias que incidieron en el conocimiento y hermanaron a las distintas regiones del Estado.

De Carlos Madrazo Becerra: la modernización de Tabasco, el comunicador del Estado, el cual pasó de ser un infierno intransitable a la meca del sureste, fiel a la escuela garridista creó la Universidad Juárez, gestadora de los nuevos hombres que necesitaba y necesita nuestro estado.

De Manuel R. Mora: la aculturación de los hombres y mujeres de Tabasco.

De Mario Trujillo García: el impulso a la agroindustria y el turismo, privilegió el apoyo al campo y a la modernización de la entidad; fue forjador de políticos y un hacedor de amigos.

De Leandro Rovirosa Wade: la modernización del nuevo Villahermosa y el nuevo Tabasco.

De Enrique González Pedrero: el maestro, la democratización política y la organización social del pueblo tabasqueño; el constructor de caminos y puentes que unificaron a los dos Tabasco, el del Grijalva y el del Usumacinta.

De José María Peralta López: su vocación de servicio y amor a su estado.

De Salvador Neme Castillo: quien nos arraigó el orgullo de ser y sentirnos tabasqueños.

De Manuel Gurría Ordoñez: la recomposición política y social del estado, a través del diálogo y la concertación.

De Roberto Madrazo Pintado: posicionar a Tabasco en el contexto nacional.

De Enrique Priego Oropeza: su capacidad para encauzar la transición política.

De Víctor Manuel Barceló: enfrentar por primera vez los embates de los desfogues incontrolables de las Presas del Alto Grijalva.

De Manuel Andrade Díaz: ser un unificador de la clase política; comunicador de la Chontalpa, la Sierra y los Ríos.

Andrés Granier Melo, gobernador de los tabasqueños, ha convocado a unirnos por Tabasco, no hoy, ni ayer, su convocatoria ha sido desde siempre. No hay otro camino, no hay otra ruta. Es la única.

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