jueves, 3 de febrero de 2011

Transparencia Política: Erwin Macario Rodríguez / Columna / Feb 03

(Publicado en el Diario Rumbo Nuevo)
erwinmacario@hotmail.com

Gastronomía e incultura

May: "¿Es interesante porque los mexicanos
tampoco pueden cocinar o sí? Todo parece
ser vomitada con queso encima.
Hammond: "Vomitada refrita".
May: "Sí, vomitada refrita".
Comentarios en Top Gear 300111

Los seudo humoristas del programa Top Gear, transmitido por la BBC de Londres, se metieron hasta la cocina burlándose de los mexicanos. No sólo nos calificaron de flojos e irresponsables sino que agredieron nuestra gastronomía, orgullo que nos reconoce el mundo.

Independientemente que “nuestro” gobierno exija una disculpa pública al canal británico y de que ya el embajador mexicano en aquel país la exigió, en México las expresiones insultantes han provocado malestar en todos los sectores.

Irresponsables —no respetan el micrófono, como aquí recomendó una vez Jesús Sibilla Zurita—, se exhibieron como unos patanes.

Bien sabemos que el humor inglés es flemático, pero no debe ser ofensivo. Grandes escritores, como Oscar Wilde o el más grande de todos en lengua inglesa, William Shakespeare, por citar sólo dos, manejaron el humor con genialidad. Pero que se puede esperar de dos patanes como los de ese programa que ya han cometido otras ofensas en ese programa.

Si algo no se puede burlar o criticar es la cocina de los pueblos es su gastronomía. La cocina, como otras expresiones culturales, identifican a los pueblos, a las naciones, a las culturas.

Ya decía, por ejemplo, el gran poeta Pablo Neruda que no se puede conocer a un pueblo si no se visita sus mercados. Es cierto. En ellos se encuentran lo que es el arte culinario, que debía ser declarado como patrimonio cultural de la humanidad en cada país.

Decir que nuestra comida es vómito con queso arriba no muestra sólo la falta de cultura de esos malos londinenses sino que, perdonen, podría decirse que escupen para el cielo. Esta bien que no sepa que y como comemos los mexicanos, que nos digan que somos flojos, gordos y pedorros (flatulentos, tradujeron) pero no deben pasar por alto que a los mexicanos, a los latinos y a muchos otros visitantes a ese país pudiera no gustarle lo que comen, pero deben ser respetuosos de sus costumbres gastronómicas.

No debemos censurarles que entre sus comidas rápidas tengan el llamado “•Parmo”, carne de cerdo, pollo, queso parmesano y patatas fritas. O su “Jellied eels” que es elaborado con anguilas cocidas, una gelatina que a la vista no es agradable, y que se vende, como algunos de nuestros antojitos, en los puestos callejeros de Londres y también —como los nuestros— en restaurantes y locales de Brick Lane.

Merece nuestro respeto que también acostumbren reciclar las sobras de sus verduras o de puré de patatas para hacer platillos en sus desayunos.

Como en todo casi usan queso, se les hizo fácil a esos incultos locutores, criticar nuestros alimentos.

La cocina mexicana es ancestral. Viene de los que poblaban Mesoamérica antes que llegaran los europeos. Mucha influencia ha tenido en el mundo. No es una comida que sea sólo alimentos fritos, como sí acostumbran los paisanos de Top Gear.

Ningún turista está obligado a probar todo lo que comemos. Grandes amigos que nos han visitado no están de acuerdo con ello. En el mismo país disentimos en gustos del paladar. Al columnista, por ejemplo, no le agradan las “tortas ahogadas” de Guadalajara, ni los tamales en tortas que un día como ayer fueron las delicias en el DF y son cotidiano alimento.

Un amigo cubano decía “lo que no me gustó es que ustedes todo lo comen en una forma que lo envuelven en… en…”. Logramos entender en tortilla y que se refería a nuestros tacos. En La Habana ya no es costumbre el maíz y la tortilla.

Pero no nos agredía como esos seudo humoristas.

A la carta diplomática que ya presentó ante la BBC el embajador Eduardo Medina Mora, debe seguir una actitud de protesta del Gobierno de México.

De no hacerlo estaremos dando pie a que cualquier pelafustán con micrófono nos insulte nuevamente como lo hicieron estos al comentar sobre un auto deportivo, el Mastreta, fabricado en México y exhibido ya en varios paises de Europa.

Pero lo del auto fue lo que menos les importaba a esos vulgares, como parece que sucede, por desgracia, en programas de TVT donde, ya lo dije, parece que están vendiendo a las edecanes y no a los autos.

Sobre el deportivo fabricado en Puebla el diálogo fue corto: Mark Hammond: "¿Por qué querrías un auto mexicano? Los autos reflejan las características nacionales ¿no es así? Los autos alemanes son buscados por estar bien construidos y muy eficientes, los autos italianos por rápidos y extravagantes, los autos mexicanos van a ser perezosos, inocentes, con flatulencia, pasados de peso y recargados en una barda dormidos y viendo un cactus y cubiertos con una sábana con un hoyo en medio usándola como abrigo".

May: "¿Es interesante porque los mexicanos tampoco pueden cocinar o sí? Todo parece ser vomitada con queso encima.

LADO CLARO

Está visto que hasta en la BBC de Londres hay patanes con micrófono que se dedican a ofender.

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