domingo, 6 de febrero de 2011

Opinión: Francisco Peralta Burelo / Feb 06

(Publicado en el Diario Tabasco Hoy)

Febrero loco… el clima también

¿Cuándo le habrán puesto a febrero “mes loco”? Quién sabe. ¿O usted lector, lectora, sí lo sabe? fcoperalta42@hotmail.com Pues el cuándo vendría a ser lo de menos. Seguramente desde el principio de los siglos (o tal vez un poco antes). Empero alguien le puso "mes loco" y "mes loco" se le quedó. "Febrero mes loco", escucharíamos decir muchos de nosotros desde nuestra niñez (y todavía, al menos hasta hace poco tiempo, se le decía así). ¿"Loco" por qué? Porque Febrero era un mes impredecible, en donde lo mismo podía llover que no caer ni una gota de agua; hacer calor (de esos de cuarenta y tantos grados) o frío. El caso es que no se sabía qué podía pasar durante sus escasos veintiocho (o veintinueve) días. Marzo se decía que era "otro poco". Febrero loco, marzo otro poco", enseñaba la conseja milenaria. Y así año con año casi siempre. _Uno loco de remate y otro --por decirlo así-- medio loco. Las pintas y las repintas funcionaban para todos los meses, excepto de febrero y un poco de marzo (que era loco, pero no tanto), y desde luego de enero, cuyo clima variaba de un día para otro porque estaban pintando y repintando los meses restantes del año. "Va a llover en mayo", se decía, cuando en las pintas y repintas de enero llovía los días cinco y diecisiete (o cuando menos uno de éstos). O "julio y agosto van a ser muy secos", cuando así pintaban y repintaban a principios de año. Así era antes; así fue hasta hace poco tiempo, aunque ya de algunos años a la fecha se le prestara poca importancia a ese tipo de presagios climatológicos. Y la gente usaba estas pintas y repintas para programar su año una vez que sabía cuál sería el comportamiento del clima. El loco (el impredecible) era febrero. Nada más. Marzo era otro poco. Pero hasta ahí. Abril, mayo, junio, julio, agosto, septiembre, octubre, noviembre y diciembre eran como las pintas y las repintas lo habían adelantado. Claro, con sus muy contadas excepciones. A veces llovía en mayo, y hasta alguna vez haría frío y no ese calor agobiante arriba de cuarenta grados a la sombra. A mí me tocó andar de chamarra unos días siendo joven por esa época, pero nada más. Los nortes venían de acuerdo a la calendarización de las pintas y repintas y los sures y las secas y la canícula también. Ahora, por lo que ve y dice, las pintas y las repintas son como la carabina de Ambrosio. "Es que el cambio climático…", predican los expertos de esa nueva rama del conocimiento. Y sí, eso debe ser. Ahora en Tabasco llueve en julio y en agosto ("se anticipan las lluvias", dirían algunos) y de repente se tienen enormes sequías en octubre, noviembre y diciembre. Ya no es febrero el único loco, aunque sigue estando loco (nada más hay que ver cómo se ha estado comportando este año), sino que ahora todos los meses del año están locos de remate: ya en Tabasco no sabemos cuándo nos va a azotar un frente frío con lluvias intensas (a lo que antes se le llamaba norte cerrado) o cuando la seca (o el estiaje) nos va a dejar sin agua y sin humedad y nos va a quemar de calor (de las presas hidráulicas mejor ni hablar). Este febrero nos está matando de frío. Como que no se vale que la naturaleza nos haga eso. ¿O usted está de acuerdo con tanta locura climatológica? P.D. Un saludo para Chepita Rodríguez. Bueno, y de paso un beso también.

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