lunes, 7 de febrero de 2011

Opinión: Aída Elba Castillo Santiago / Feb 07

La vida privada de los gobernantes

Pasada la sorpresa tras conocer la noticia sobre la salida de la periodista Carmen Aristegui de MVS Radio, y por supuesto –muy a nuestro estilo-, hacer uno que otro chiste sobre el tema, como opinión pública estamos obligados a hacer una reflexión colectiva acerca de hasta donde puede ser privada la vida de quienes tienen en sus manos, con sus aciertos y errores, el destino de una nación.

Quizá la lona colocada por los legisladores del PT –con Fernández Noroña a la cabeza-, haya sido políticamente incorrecta –ni Andrés Manuel estuvo de acuerdo con la forma-, pero para fortuna nuestra, derivó en un acto de censura que nos permitió corroborar cuan sensible tienen la piel algunos de nuestros políticos.

Y es que no es lo mismo que tú, mandatario en turno, utilices las páginas de las llamadas “revistas del corazón” para que los lectores observen como tú y tu esposa se codean con la “creme de la creme” europea, o que los fashionistas alaben el “estilo” (¿?) en el vestir de la Primera Dama, a que periodistas críticos pongan en la palestra, con toda seriedad, un presunto problema de adicciones –que vale decir, desde hace tiempo es abordado en las redes sociales-.

El presunto alcoholismo de Felipe Calderón no debe verse con morbo, con un afán malsano acerca de cómo puede gobernar un hombre aficionado a la bebida –si fuera el caso-, pero si es de exigir un mínimo de simetría entre la ética personal y la pública; es más, debe ser un requisito a exigir a quienes nos gobiernan.

Como dice un editorial del Diario El Clarín de Argentina, con motivo de las veleidades de Silvio Berlusconi, Primer Ministro de Italia, “Pero no se les pide que deban exponer o ventilar su intimidad. Simplemente, se les exige que sus comportamientos y asuntos privados no tengan contradicciones flagrantes con sus responsabilidades públicas”.

En tal sentido fue el planteamiento de Carmen Aristegui: ella no acusó de nada al Presidente de la República, sólo estableció la necesidad de una respuesta oficial sobre dichas especulaciones y rumores, que sólo van en detrimento de la imagen institucional.

Pero en Los Pinos no lo leyeron así, y tal como se acostumbraba antes -y por lo visto también ahora-, cuando anunciaban devaluaciones y medidas drásticas en plena época de Semana Santa –o sea, nos agarraban distraídos-, los dueños de MVS decidieron cortar a Carmen en un fin de semana de puente, con un argumento que, quienes hemos seguido a la periodista, sabemos es mentira: por falta de ética.

La reacción generada en las últimas horas –hasta el momento en que escribo estas líneas-, es de condena generalizada, agiganta la figura de la valiente Aristegui, y empequeñece la figura de quien, por lo visto, está empeñado, él mismo, en confirmar los rumores sobre su persona.

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