viernes, 11 de febrero de 2011

Edén Político: Pedro Lara Hernández / Columna / Feb 11

LA CHISPA PRENDIÓ EN ÁFRICA DEL NORTE

La chispa ha prendido las praderas secas de África del norte. Los pueblos árabes han dicho basta, exigen gobiernos democráticos donde impere la libertad y la justicia, donde termine su hambre y sus enormes desigualdades.

La república tunecina cuya capital es Túnez, es un país donde viven un poco más de 10 millones de habitantes. En 1957, la monarquía fue derrocada y se proclamó la República, con Habib Bourguiba como Presidente. Éste se mantuvo en el poder hasta 1987. De esa fecha en adelante gobernó Zine El Abidine Ben Ali, quién fue derrocado por un movimiento popular, el 14 de enero de 2011.

Ya se imagina usted estimado lector, cuál es la situación económica, política y social de este país con dos periodos consecutivos de gobiernos dictatoriales de 30 años, cada uno. Por ello Túnez ha sido cuestionada por su falta de libertad de expresión y garantías democráticas, como lo ha denunciado Amnistía Internacional, Reporteros sin Fronteras o Human Rights Watch.

Túnez vivió los mayores disturbios de su historia desde el 17 de diciembre de 2010 cuando un joven licenciado en desempleo de 26 años, se quemó a lo bonzo en la turística ciudad de Sidi Bou Said, tras serle confiscado por la policía el carrito en el que vendía verduras en la calle, con el argumento de que carecía de permiso. Su acción, unida al descontento popular a consecuencia de la subida de los precios de artículos de primera necesidad, el fuerte aumento del desempleo, la corrupción y la ausencia de libertad de expresión, desencadenó una serie de protestas, sin precedentes en el país, que arrojó un balance de más de 60 muertos, según la Federación Internacional de Derechos Humanos.

Las intensas protestas y disturbios de la masa tunecina obligaron al presidente Zine El Abidine Ben Ali, primero, a convocar elecciones para el año 2014. Pero, la tarde del 14 de enero del mismo año, ante la continuidad de las protestas, abandonó el país, huyendo a Arabia Saudita y dejando el poder al primer ministro Mohammed Ghannouchi, quien a su vez fue sustituido al día siguiente por el Presidente del Parlamento, Fouad Mebazaa. El 30 de enero unas tres mil personas recibieron al líder islamista tunecino Rachid Ghanuchi de 69 años, jefe del movimiento en Nahda (Renacimiento) que volvió al país después de 22 años de exilio, en una de las señales más claras hasta la fecha del cambio en el país tras la revuelta que derrocó al presidente Zine al Abdine Ben Ali.

El movimiento ciudadano que condujo a la caída del presidente tunecino Zine El Abidine Ben Ali el pasado 14 de enero, está causando un efecto dominó provocando una ola de reacciones en varios países de población árabe, en los que sus dirigentes políticos están en el poder desde hace más de 20 años.

Tenemos el caso de Egipto, donde gobierna Hosni Mubarak, quien está en el poder desde 1981. La revuelta contra el régimen se Inició el 25 de enero y causa por lo menos 300 muertos y miles de heridos. El martes 1º de febrero, el dictador egipcio anunció que partiría al concluir su mandato, en septiembre, y se comprometió a preparar una transición pacífica. La oposición mantuvo un llamado a la movilización el viernes 4 de febrero, para exigir la salida inmediata del presidente.

También está el conflicto social en Yemen, país que gobierna desde 1978 el dictador Alí Abdalá Saleh. Los ciudadanos protestan contra el poder y por la independencia. Saleh, anunció el miércoles 2 de febrero su renuncia a presentarse para un nuevo mandato y el aplazamiento de elecciones legislativas previstas para el 27 de abril.

En Jordania, también hay ciudadanos inconformes porque el rey Abdulá II, está en el poder desde 1999. El 2 de febrero, Abdulá II destituyó a su primer ministro por la presión de manifestantes que exigen reformas. El Frente de la Acción Islámica, principal partido de oposición, llama a una jornada de manifestaciones para el viernes. La protesta inicia el 14 de enero, con manifestaciones en todo el país, contra la política económica, convocadas por la oposición islamita de izquierda.

En Siria, el gobernante Bachar Assad, que está en el poder desde 2000 también tiene problemas de inconformidad social. Los ciudadanos se manifestaron el viernes 4, haciendo un llamado a terminar la corrupción y la tiranía en ese país.

En Argelia, donde gobierna desde 1999, el dictador Abdelaziz Bouteflika, se anunció para el 12 de febrero una marcha por la democracia que organiza la Coordinación Nacional para el Cambio y la Democracia, quién reclama el levantamiento del estado de urgencia instaurado hace 19 años y la salida del sistema. A inicio del presente año hubo protestas contra el alza de precios en alimentos dando un saldo de cinco muertos y más de 800 heridos.

En Sudán, el General Omar Bashir está en el poder desde 1989. En los últimos días se han incrementado las tensiones políticas y económicas provocando enfrentamientos entre policías y ciudadanos.

En Omán, el Sultán Qabus Ben Said está en el poder desde 1970. El 17 de enero miles de ciudadanos se manifestaron contra la carestía de la vida y la corrupción en el país.

En Mauritania, donde el gobernante Mohamed Uld Abdel Aziz asumió el poder en el año 2009, miles de ciudadanos se han manifestado en contra del alza de precios en los productos de primera necesidad.

En Marruecos, el Rey Mohammed VI, está en el poder desde 1999. Su gobierno mantiene las subvenciones en productos básicos para evitar el incremento de precios y rechaza cualquier similitud con la situación en Túnez y en Egipto. Sin embargo, en este país han ocurrido cuatro tentativas de inmolación por fuego desde hace diez días.

Aires democráticos soplan por el mediterráneo.

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