martes, 22 de febrero de 2011

Cayuco: Enrique Muñoz González / Columna / Feb 22

(Publicado en el Diario Rumbo Nuevo)

Mucha guerra, poca paz

“Nada corrompe tanto, ni
hace más cruel al individuo
que la pobreza aguda”
Winston Churchill

cayuco7@hotmail.com
enriquemunoz@rumbonuevo.com.mx

El 25 de agosto del año pasado, leía en el Diario El Universal un artículo de Miguel Alemán; coincidentemente, un 10 de diciembre del 2008, el mismo autor había descrito la violencia que estaba viviendo la nación.

Desde luego, los artículos sobre este tema son miles; hasta los que escriben de tecnología y cultura cuando menos una vez han tratado el tema de la inseguridad en el país y de la guerra, cada día más aguda.

El gran problema es que nuestro país, mediante el Presidente de la República Felipe Calderón, ha iniciado una guerra en contra del narcotráfico y del crimen organizado sin tener información; con policías incapacitados y reprobados, no aptos para una guerra.

Pero más allá de todo, sin tener el armamento adecuado. Por ello tuvo que echar mano del ejército para patrullar las calles. El terrible problema del presidente -y de sus noveles asesores- es enfrentar a grupos criminales con una justicia podrida, en el total descrédito.

Este fin de semana, de viernes para sábado, fue el más violento del país, pues se hablaba de 79 muertos en un sólo día. Si a eso le agregamos los muertos que no se dan a conocer de ambos bandos, pues al ejército no le conviene que se conozcan las bajas, y a los narcos cuando ganan la batalla, recoger a sus muertos.

Cuando la derrota de Alemania en la II Guerra Mundial era inminente, los tres grandes poderes aliados -el económico de Estados Unidos, el militar de la URSS y el diplomático del Reino Unido- sostuvieron una reunión en Yalta en el mes de febrero de 1945. Roosevelt, Stalin y Churchill acordaron los principios sobre los cuales se reordenaría Europa al final del conflicto armado.

En esa reunión se atribuye a Winston Churchill la reflexión más importante para el futuro de Europa: el diseño de una estrategia de recuperación, más aún que la simple victoria militar.

Tras ganar la guerra lo más importante era “ganar la paz”. La reflexión del primer ministro inglés indicaba que mediante un nuevo modelo económico que generara altos niveles de prosperidad, educación y empleo, se podía dar la seguridad necesaria para preservar la paz en el continente.

En la Europa de la posguerra, ciudades, servicios públicos, agua potable, electricidad, drenaje, escuelas, hospitales, carreteras, viviendas, museos, quedaron destruidos; en general, la infraestructura europea estaba devastada.

En muy poco tiempo, el plan Marshall logró reconstruir millones de viviendas, así como la infraestructura que prevalece hasta nuestros días. La economía se incentivó y se comenzaron a generar empleos que permitieron generar un patrimonio, dando paso a uno de los períodos de más alto desarrollo de la historia contemporánea.

En Méjico, la bien o mal llamada “lucha contra el narcotráfico”, ha generado altos niveles de incertidumbre y desazón entre muchas familias. Adicionalmente, se ha deteriorado el funcionamiento de los sistemas legales, la cohesión social, la confianza ciudadana en sus autoridades; en suma, todos esos elementos que podríamos definir como el “intangible institucional” que son condiciones fundamentales para alcanzar un mayor nivel de solidez de nuestra economía.

En Méjico hace falta reconstruir y consolidar nuestras instituciones bajo las premisas del futuro y no del pasado.

La economía europea de la posguerra se catapultó con el Plan Marshall. En Méjico necesitamos un plan igualmente ambicioso, tanto en lo económico, como en la reconstrucción del intangible institucional para desarrollar la economía de forma tal que puedan ser los empleos, el fortalecimiento y la creación de nuevas empresas, el motor que elimine las tensiones sociales.

El presidente Felipe Calderón Hinojosa convocó una serie de foros de discusión titulados “Diálogos por la Seguridad”, en los cuales las voces de legisladores, gobernadores de las entidades del país, expertos, líderes religiosos, empresarios, jueces y muchos ciudadanos aportaron sus conocimientos y sus opiniones sobre este proceso.

Se presentaron propuestas concretas y se reconoció que los niveles de violencia están lejos de descender en el corto plazo, razón por lo cual, los esfuerzos de la actual administración se mantendrán hasta el último día del mandato.

De hecho, fue el mismo titular del Ejecutivo quien hizo propuestas concretas: le pidió a los medios evitar hacer apologías de los criminales y apoyar la difusión de las campañas contra las adicciones por mencionar algunas. Fue enfático en el compromiso de garantizar la seguridad de los periodistas y de todos los ciudadanos.

La Piragua


Winston Churchill decía: “Para ganar la paz, era necesario darle a la gente esperanza, porque la esperanza fecunda silenciosamente el florecimiento de la bonanza individual y el comercio”. Necesitamos una nueva semilla de esperanza, basada en la certidumbre, en la paz y en la prosperidad de toda la sociedad. Churchill sabía que había una condición inevitable para ganar la paz, y esa era que antes se debe ganar la guerra.

Premio Nacional y Estatal de Periodismo. Conductor de TVT Noticias. Columnista del Diario de la Tarde y Rumbo Nuevo. Director del Semanario Razones. twitter@cayuco1957.

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