lunes, 17 de enero de 2011

Opinión: Dolores Gutiérrez Zurita / Ene 17

(Publicado en el Noticiero Tabasco Hoy)

Comentario Semanal.

Ahora que la relación entre el Gobierno del Estado y el Alcalde del Municipio de Centro cambió, a raíz de la conclusión del trienio de Evaristo Hernández y el arribo de Jesús Alí a dicho cargo, ambos, deberían concretar la amistad que refrendan insistentemente en cada acto público que comparten.

Han sido varios los eventos políticos en que el gobernador y el alcalde de Centro, intercambian elogios y promesas de trabajar conjuntamente a favor del municipio y de sus habitantes, pero el tiempo corre y la palabrería fácil, no se convierte en hechos concretos.

Detallemos ejemplos de lo que el trabajo coordinado entre el Gobierno del Estado y el de Centro pueden resolver de inmediato: las pésimas condiciones de decenas de calles y avenidas de la ciudad de Villahermosa, la misma que salvaron de una nueva inundación con cargo a los más humildes y desprotegidos habitantes de las comunidades rurales del municipio.

Alguna vez durante una visita, Andrés Manuel López Obrador definió a la capital tabasqueña como Villa Bache y vaya que le atinó. El Periférico, calles de colonias y ni que decir de las comunidades suburbanas, son mudos testigos presentes de ello.

La última inundación, la del 2010, concluyó oficialmente en Diciembre, ah, pero apenas la semana pasada, quedó en evidencia la descoordinación entre el gobierno municipal y las autoridades estatales y la CONAGUA para aplicar en tiempo y forma un programa que permitiera levantar costales, recoger la arena regada en las calles y determinar si los bordos emergentes deberían tirarse o bien integrar un programa de respuesta inmediata para un mes de Enero que las autoridades deberían saber, trae lluvias consigo.

Pero no lo hicieron. Las autoridades municipal, estatal y federal, cerraron el 2010 con sus posadas e intercambios de regalos, mientras que una parte importante de villahermosinos, iniciaron el 2011 nuevamente con el agua dentro de sus casas, porque a alguien se le olvidó hacer la tarea.

Se está convirtiendo en una práctica común, escuchar pretextos y justificaciones absurdas de los funcionarios municipales para evadir responsabilidades ante los constantes problemas que los ciudadanos padecen por los deplorables servicios públicos que brindan.

Cuando no es CONAGUA que construyó un bordo, es la CFE que cortó el suministro de energía eléctrica o la sociedad inculta e ignorante que tira la basura por doquier, lo cierto es que siempre, siempre, existe el pretexto, pero no la aceptación de responsabilidades propias.

Los parques y jardineras también resienten el olvido de una administración que optó por obras faraónicas e innecesarias en lugar de renovar la vejez acelerada que padece el municipio en todos los órdenes.

Caos vial, suciedad, grisura, servicios públicos remendados , sin opciones reales ni de esparcimiento ni de cultura ni deportiva, es la penosa realidad de la ciudad capital de Tabasco, que presumía de ser “la Esmeralda del sureste o la Puerta del Mundo Maya”.

Si los elogios mutuos expresados entre el Gobernador y el alcalde de Centro, se tradujeran en acciones inmediatas, sin duda las colonias, fraccionamientos y comunidades del municipio, serían más seguras, los ciudadanos no serían blanco cotidiano de los ladronzuelos de a pie; la actual frustración por la falta de oportunidades de empleo se cambiarían por la sonrisa que genera la estabilidad y prosperidad.

En el Centro, como en el resto de los municipios de Tabasco, la parálisis de la productividad primaria es un cáncer mortal. Lo que aquí se consume se trae de otras entidades, para la historia quedó el fomento a los huertos familiares, a la economía de traspatio y el sector ganadero afectadísimo por la apertura de las famosas ventanas de alivio durante las inundaciones del 2010, quienes apechugan solos sus pérdidas porque como Poncio Pilatos la autoridad municipal se deslinda, burocráticamente de eventuales responsabilidades y se mantiene mudo ante las peticiones de apoyo y defensa de quienes con el producto de su trabajo honrado –hoy diezmado-, aportan a la economía municipal.

Ojalá que pronto, gobernador y alcalde, pasen de las palabras a los hechos, el municipio de Centro bien lo vale.

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