martes, 11 de enero de 2011

Doble Filo: Homero T. Calderón / Columna / Ene 11

(Publicado en el Diario Tabasco Hoy)

Potencialidades tabasqueñas (uff)

Comenté ayer algunas consideraciones que a muchos no gustaron.

Es una lástima. La crítica cuando te toca directamente, te incomoda. Lo siento mucho porque este año 2011 --particularmente y con la aceptación por parte de altos funcionarios del actual gobierno del estado-- será muy, pero muy escabroso. Será escabroso y difícil para los que no cobran quincenalmente. Eso nos debe sacar la parte más noble de nuestra autoestima. Si ésta funciona, debemos dejar tirada ese conformismo y negligencia que siempre nos han caracterizado. Hablo de la pobre actitud de los tabasqueños en general, por si algún acomodaticio se quiere hacer el chistoso. Si dejamos --dije ayer-- de autocontemplarnos; si entendemos que el gobierno del estado difícilmente nos proveerá porque la tesorería estatal está en ceros, eso nos da la oportunidad de demostrarnos a nosotros mismos que somos muy útiles y sabemos como producir lo que nos comemos. Dije ayer también que las dos Secretarías que debieran animar la economía (La de Ignacio Lastra y la de Héctor López) sólo son refugio de ineficientes y no van a provocar ni una diarrea cuata. Ergo entonces, tenemos que reconocer que --a pesar que fue sacudida por los dardos del periodismo por encargo-- la Conagua es la que está haciendo hoy obra pública. Hay ahí entonces una fuerza y una potencia que están generando riqueza a través de los empleos que da la construcción de la obra pública. De aquellas madrizas que se le acomodaban a diario a Octavio Mijangos, delegado de la citada institución federal, ya sólo queda el recuerdo. La Conagua hizo lo más simple: aplicó recursos ordinarios y extraordinarios, que beneficiaron finalmente a nuestros constructores, no abriendo las licitaciones de obra a los constructores nacionales.

Eso amansó hasta los perros más bravos del oficialismo, que enviados a morder, se tiraban a matar. Pero los constructores tabasqueños también hicieron su parte. La CMIC tuvo dos años muy desnivelados con José Luis Yánez Burelo. Nunca los constructores criollos habían estado tan enfrentados y divididos. La llegada de José Ventura Priego Madrigal a esa institución ha aplacado las rijosidades de muchos. No se sabía tampoco que Priego Madrigal hacía política; sin embargo, su llegada ha abierto a la CMIC para que obtenga dividendos para todos sus socios, no sólo la camarilla de veinte que siempre se agandalló con las obras los últimos cuatro años. Priego Madrigal tiene un compromiso de extraordinaria magnitud. No solamente debe ser el eje rector de un sector en quiebra técnica, sino el aglutinador de esfuerzos con otros delegados que harán muchísima obra pública en los próximos dos años del mandato de Andrés Granier.

No podemos perder de vista tampoco al joven delegado federal de la SCT, Luis Alberto González Gutiérrez de Velazco, quien ha gestionado, sin hacer muchas olas, importantísimos proyectos donde los constructores tabasqueños estarán involucrados. Ahí debe converger la capacidad de concertación de José Ventura Priego Madrigal…

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