jueves, 27 de enero de 2011

Aquí... Tabasco dice: Abiud Pérez Olán / Columna / Ene 27

(Publicado en el Diario Rumbo Nuevo)

Ha muerto un gran precursor de la teología de la liberación, Samuel Ruiz García, obispo emérito de San Cristóbal de las Casas, quien deja el mundo terrenal para entregar cuentas al Creador de la naturaleza, deja a su paso un cimiento ideológico encaminado a la defensa de los que menos tienen, los pobres fueron la inspiración de su lucha que desató en el vecino Estado de Chiapas, el coraje hacia los hacendados y el gobierno, tomando el principio bíblico que el derecho de los pobres es el derecho de Dios y por lo tanto un verdadero cristiano tiene la opción preferencial por los pobres para salvar a todos como lo habría hecho Cristo con su doctrina.

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La teología de la liberación que tiene sus antecedentes más importantes en Brasil, en donde a partir de 1957 la iglesia católica habría comenzado un movimiento en comunidades de base que para 1964 ya era digno de ser considerado como un plan pastoral nacional, se basaba no solo en la evangelización de los pueblos y comunidades, sino que buscaba que los movimientos de estudiantes y trabajadores de acción católica se fueran comprometiendo con el que hacer cotidiano de las comunidades, lo que originó las controversias por tener el movimiento algunos compromisos sociales y Marxistas al buscar el bienestar común de los necesitados como premisa de esta corriente.

El movimiento de teología de la liberación, también en Europa tuvo su fuerza por esa misma fecha al permitirse que algunos sacerdotes trabajaran en las fábricas para acercarse al mundo obrero, hubo actos célebre como el del Dominico Jacques Loew quien trabajó como descargador de barcos en los muelles de Marsella y cimbró al mundo la muerte del sacerdote Michel Favreau, que muere en un accidente de trabajo, en los años cincuenta esta corriente encabezada por los curas, en la que fueron señalados como comunistas y denunciados en Roma por actividades subversivas, como siempre, el Vaticano se escandalizó de lo que esta corriente buscaba que no era otra cosa que sentir lo que los trabajadores, obreros y campesinos.

Como siempre, el Vaticano pegó el grito en el cielo y en 1954 el Papa Pío 12 pidió a todos los sacerdotes obreros que regresaran a su trabajo pastoral y que se incorporaran a sus comunidades religiosas, esto fue base para quienes creen en la teología de la liberación, que tuvo también su realce al enterarse el mundo de la vida del sacerdote guerrillero colombiano Camilo Torres Restrepo quien murió en 1966, fue miembro del movimiento guerrillero, el ejemplo de Camilo Torres, fue tomado por otros sacerdotes católicos que posteriormente tratarían de continuar su obra en otras partes de América, y nadie de los latinoamericanos podría olvidar al sacerdote asturiano Gaspar García Laviana, quien influenciado por la Teología de la Liberación fue parte esencial en la caída del Régimen de Somoza en Nicaragua.

La teología de la liberación que en México habría sido ejemplo de la lucha de los pobres contra el poder y los hacendados, se dio en pleno siglo XX cuando los indígenas se levantaron en armas en la sierra chiapaneca encabezado por el subcomandante Marcos, pero siempre se dejó sentir que el verdadero comandante de este movimiento habría sido el obispo católico Samuel Ruíz García, hombre que laboraba la tierra y educaba a los campesinos para luchar contra la explotación de los terratenientes que en los años de la modernidad seguían manteniendo a las etnias como esclavos, la condena a al actitud del obispo vino del Vaticano, el propio Juan Pablo II a quien ahora pretenden volver Santo”, lo reprimió e intentó removerlo de la diócesis pero no le fue posible ante el poder que ejercía el obispo en esa tierra.

Hoy tenemos en México, al igual que en la mayor parte del mundo donde se pregona la religión católica una caterva de curas y obispos que viven de la limosna y la explotación a la ignorancia del pueblo, sus componendas con el poder y los ricos los mantiene en sus aposentos, alejados de la misión que su líder Jesucristo les encomendó de luchar contra la ignorancia y hacer suyas las necesidades de los pobre, difícilmente surja al menos en lo inmediato otro Samuel Ruiz que sirva al deber divino de apoyar al débil y a los pobres.

Los curas y obispos de hoy no pueden sentir el dolor de la pobreza, ni la forma en que el obrero y campesino vive porque están alejados de ellos, prefieren albergarse en suntuosas reuniones con los poderos que apoyarse en una teología de la liberación que los haga sentir humanos y saque la vocación de ayudar al débil, a Samuel Ruiz difícilmente se le hagan los honores en el Vaticano y se busque su canonización como se hace con quienes vivieron de la hipocresía y a lado de los poderosos pero bien ganado tiene un lugar en el corazón y mente del indígena al que defendió y el ejemplo que dejó.

El movimiento económico que se dio en el mundo con una apertura que confundió a la sociedad habría acabado con la teoría marxista donde se inspiraba la teología de la liberación, pero sin lugar a dudas es importante recobrar los valores de esa corriente religiosa que busca darle lo elemental a los que menos tienen y así hacer una sociedad mas justa, donde el trabajo y la educación sean cumplidos como lo marcan al menos en este país la Constitución que nos rige, ese es mi punto de vista personal por lo que aspiraba Samuel Ruiz, por lo que luchó y el ejemplo que nos deja a quienes tuvimos la suerte de ver una lucha que se gestó tan cerca y que logró sacar de la marginación a muchos pueblos, ojala y los curas tabasqueños salgan de sus ideas a trabajar y a sentir lo que el pueblo siente en la pobreza y en la marginación.

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