jueves, 25 de noviembre de 2010

Fuego Lento (Reloaded): Rosario Canabal / Columna / Nov 25

(Publicado en el Diario La Verdad del Sureste)

ME APODARA ELLA

¿Se han puesto ustedes a pensar cinco lectores míos, el porqué de los apodos en México y el mundo? apodo es un rasgo del individuo, exclusivo e intransferible, que se sobrepone al nombre y apellidos. A veces los apodos pretenden instaurar una especie de justicia nominal que repararía ese no saber qué tenemos que ver con el nombre que nos tuvieron a bien o mal endilgar nuestros progenitores.

En el caso de los apodos de los narcotraficantes pueden ser llamativos y amenazantes o surrealistas e inocentes. Algunos reflejan el rango de un matón, mientras que otros vienen de sus épocas de escolares. También pueden aludir a la reputación del individuo y a menudo una misma persona usa varios apodos, lo que dificulta la tarea de las autoridades.

No solo es difícil averiguar la identidad real del delincuente, sino que a veces los delatores conocen a un mafioso únicamente por su apodo. Y al respecto el escritor Homero Aridjis, autor de la novela «Sicarios» ha señalado que los apodos son como un segundo bautismo, una incorporación al mundo delictivo».

Los sobrenombres también pueden ser inocentes en una cultura habituada a dar sobrenombres a la gente, incluso desde la infancia. Colombia, que produce la mayor parte de la cocaína que pasa por México tiene una larga tradición de apodos como el del matón Marco Tulio Moya, muerto en 1999 quien era tan eficiente en su trabajo que lo llamaban «Baygon», por el insecticida del mismo nombre.

Muchos de los apodos usados por los colombianos son tan ingenuos como los de los mexicanos. Un hermano del capo Pablo Escobar, Roberto, era llamado «Osito» porque ese era el nombre de un negocio de bicicletas que tuvo. Alfredo Beltrán Leyva, arrestado el año pasado, es conocido como «El Mochomo», nombre que se da a una dañina hormiga del noroeste de México.

Y en Tabasco, pueblo harto vacilador, los apodos son la mejor descripción que se pueda otorgar a aquellos a quienes se refieren, esto es, los apodos que aquí se adjudican tienen mayor valor y trascendencia y son más reveladores que un simple apelativo circunstancial.

Por ejemplo, a Humberto Mayans se le conoce mejor como “Culito”, “El marqués” o “El Mingo”. A Andrés Granier como “El senil arrugadito”, “El Chelo Bicentenario”, “El Sharpey”, “El Chelo Despensa”, “El Tío Fayo”. A Luis Felipe Graham como “El Triple G”, “El Guapo”, “El Gansito”. A Jesús Alí como “El Bizco”, ¡El Doméstico”, y así por el estilo.

Alfonso del Río es identificado desde su juventud ya ida como “El Pavo Zonzo”. Aquiles Domínguez como “El negraxo”, “El Efebo de ébano”, “El tecnócrata de chocolate”. A Betty Luque como “La Machorra”, “La Amachada”, “La Tía Rosa”. A Salvador Suárez como “El Cornutto” y “El Boca Chula”.

De esta forma es que se identifica más fácilmente a los criminales, ahí nomás para su consumo.

1ª. PD Nada sorprende, ciertamente, que se sepa cuan shoto y corrupto es Vicente Gómez Montero, vividor del sistema y alcahuete de su “compadre” Norma Domínguez. Lo que impacta en todo caso es el valor del reportero Alejandro Pérez-García quien da santo y seña de las transas y los montos de este disfuncionario chelista.

2ª. PD. Informa la prensa nacional que en el estado de Hidalgo se construye la primera Escuela Nacional de Payasos en México que certificará a quienes realicen esta actividad. Por lo pronto sugiero a la gorda Norma Cárdenas, “guayaba gubernamental” tramite se instale en Tabasco una delegación del ramo y que para poner el ejemplo se inscriba Andrés Granier como alumno al cabo que la cara le ayuda.

3ª. PD. ¿Sabía usted que Joseph Alois Ratzinger o sea el Papa Benedicto XVI tiene un hermano gemelo en Villahermosa? Si lo duda arrímese a la zona remodelada cualquier mañana de estas, le aseguro que lo encuentra con su venta de boletos de lotería.

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