sábado, 20 de noviembre de 2010

Doble Filo: Homero T. Calderón / Columna / Nov 20

(Publicado en el Diario Tabasco Hoy)

Linda Vera y la Pollera Coloráa…

No se que tendrá Frontera. Hace treinta años que la conozco y no se separa de mí la idea que es un pueblo fantasma. Puerto de cierta altura, Vicente Fox, el presidente más bruto que ha padecido México, le quitó los marinos que poblaban sus calles y se los llevó a Campeche. Con la partida de los marinos, muchos otros frontereños quebraron su existencia y se fueron para nunca más volver. El lunes pasado recorrí de nuevo sus calles. El presidente municipal de ahí, Aquiles Reyes Quiroz, adorador de su pueblo, tiene la idea de pavimentar estas, hoy espacios interminables de arena y hoyancos. Quizá piensa el "brodie" que con calles pavimentadas la gente se animará y chance hasta cambiará su vida. Quimeras nacidas de su amor por esa tierra. Recorrí –insisto- sus calles rústicas. Aquí, allá y acullá hay solares abandonados, casas viejas que en otra época –se nota- tuvieron días de esplendor. Frente al Palacio municipal una vieja casona de estilo colonial californiano de pésimo gusto, se derrumbó con la desidia del tiempo. Pero algo de memorable y misterioso tiene Frontera que me gusta. La asocio con algunos textos de un libro que escribió el "Negro" Pascual Bellizzia Castañeda. De tales recuerdos sobresale un cuento cuyo título dibuja a una muñeca delicada y frágil de la que muchos tabasqueños estuvieron enamorados. Pero también me viene a la mente aquella legendaria historieta escrita por el centleco don Angel Zapién y dibujada por otro hombre de Frontera, don Ángel Mora: "Chanoc, aventuras de mar y selva"… LINDA VERA, REINA DE LA CUMBIA… A principios de los años 70, un conjunto de cumbia arrasaba en todas las radiodifusoras de la república: "Los Riviera". Los acompañaba una vocalista con piernas de ensueño: Linda Vera. "Ah, Ah, Ah, a sonar los tambores"/ (ululaba su voz entre gutural y pastosa), que ésta negra se amaña/ y al sonar de la caña,/ va contando sus amores.// Es la Negra Soledad, la que baila mi cumbia,/ esa negra sabe mucho,/ que caramba/ con su pollera coloráa.// Tiempos hermosos aquellos cuando muchos chilangos, estudiantes en el 68, queríamos olvidar las madrizas que nos dejó caer el "diazordacismo" criminal. Llegaron luego desde Colombia "Los Corraleros del Majagual" y con ellos muchísimos otros "cumbieros". Por eso recuerdo hoy entre todas esas leyendas a Linda Vera, la reina de la Cumbia. Hoy esta frondosa hembra despacha en el mejor feudo coctelero de Frontera. El "Modelo", restaurant bar de su propiedad, sustituyó al legendario "Perico Marinero" donde el viejo Tsekub Baloyán y el farero "Pata Larga" chupaban todo el cañabar del mundo, que no era otra cosa que aguardiente curado con "alumbre", mismo que después patentó el también queridísimo doctor César Lastra. La aún cachonda ex cantante es hoy una hermosa hembra de 45 años. Su cuerpo cimbreante todavía hace suspirar muchos galanes del pantano. Sus redondeces glúteas marean y provocan la baba involuntaria de la machada que ahí se da cita. Camina de aquí para allá zarandeando su hermoso par de hemisferios. Todos terminamos amándola, más cuando se hace acompañar de Verónica Santiago, su secretaria, joven mulata veinteañera que pretende ser licenciada en turismo. ¿Qué queda de aquellas glorias de Linda Vera? Muchas. Le he compuesto, con toda mi admiración, un par de versos: "La Diosa de la cumbia,/ Linda, una vez la vi llorar;/ era su tez tan bonita/ cual blanca espuma de mar.// No sé que ignotos recuerdos/ Naveguen en su desvío,/ Que al verla sola, tan sola,/ Su corazón y el mío/ Se fueron a naufragar…// CHANOC Y SU MALEY El cachorro de jaguar es –además de experto tiburonero- uno de los más habilidosos tramperos de la jungla. Sabe que entre la tupida vegetación acechan el tigre, la nauyaca, la muerte o los caníbales Puk y Suk. Chanoc descuidadamente los ignora pero sabe que están ahí. Lo que más persiguen estos personajes es la vieja carne de Tsekub, el padrino de Chanoc. Piensan que su afrodisiaco sabor proviene del curtido de larguísimos años de ingerir cañabar y fumar tabaco africano en su vieja pipa marinera. En este mundo de tiburoneros, tramperos, cazadores y ahora infestada de petroleros, enganchadores y más de algún gañote aventurero, Linda Vera Junco, la ex reina de la cumbia, recuerda años de triunfos glamorosos en los mejores salones de baile de la república. Sabe que tiene un sitio especial entre la machada. Los que amamos su trayectoria; los que la deseamos una y otra vez; los que trazamos fantasías sexuales con esa Diosa inalcanzable de la música, nunca pensamos que alguna vez nos la íbamos a encontrar en un feudo donde sus manos expertas que alguna vez hicieron feliz a algún viajero proveniente de algún olvidado puerto del Mediterráneo, del Pireo, o de alguno del Orinoco, Río de Janeiro o La Plata, procuramos tenerla cerca… Hoy usted -viajero irredento- sólo tiene que visitarla en su concurrido feudo del "Modelo", un bar con ambiente marino, ubicado en el 208 de la calle Pino Suárez, en Frontera, legendario puerto que alguna vez vivió tiempos de magnificente esplendor. NOTABENE: Pero no se vaya con la finta, ésta Linda Vera sólo es una homónima de aquella increíble cantante. Abur…

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