miércoles, 6 de octubre de 2010

Transparencia Política: Erwin Macario Rodríguez / Columna / Oct 06

(Publicado en el Diario Rumbo Nuevo)

Un filme más drámatico

A fines del mes de octubre (2007), el gobernador de Tabasco, Andrés Granier, intenta convencer a los habitantes de Villahermosa, por todos los medios, de que habrá una gran inundación. Macario Schettino / 301107 El Universal

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Esa película ya la vi hace tres años. Pero esta es una nueva versión que puede resultar más dramática. Al menos su rodaje lleva ya más tiempo: mes y medio. Aunque no se han filmado las escenas más fuertes.

Las locaciones primeras, como en el 2007, son las comunidades rurales. Miles y miles de extras desempeñan su papel. La mayoría actúan como rebeldes. No aceptan salir de sus domicilios. Muy pocos van a los albergues, aunque estos sets cinematográficos ya no son lo mismo. Menos atenciones, menos comodidades.
Como hace tres años, gran parte del fabuloso costo de este filme se está invirtiendo en una especie de muralla. Más de 60 kilómetros de costales llenos de arena se localizan principalmente en Villahermosa, el sitio central de la película.

En la narrativa de esta creación cinematográfica no está solo el director. Uno de los villanos aportó cambios al guión y le dio fuerza a la historia narrada. Una escena causó ya atracción nacional: la de la “hueviza”.

La actuación especial del actor servirá para quitarle un poco de drama a la cinta. A la entrada de la casa de Gobierno recibe una andanada de huevos que la cámara, en un acercamiento, muestra en todo su color amarillo.

Los villanos siguen siendo los mismos pero esta vez actúan con más ganas de obtener un triunfo en sus carreras. La historia mantiene la calidad pero a veces de incrementar la cantidad. Miles de metros cúbicos de aguas amenazan el campo donde los actores, en su papel, se niegan a salir, a pesar del peligro.

Andrés Granier, en el mismo papel de la película anterior, repite casi los mismos diálogos y hace una especie de cansado Noe avisando del próximo diluvio. Como hace tres años, no le hacen caso.

Por otro lado, nuevos actores, los diputados locales y presidentes municipales tratan de convencer en la necesidad de abandonar el campo e irse a la ciudad, a los albergues.

El libreto no es respetado, como hace tres años lo escribió, y así se dijo en este espacio periodístico, Macario Schettino. Éste, en la evaluación del diario El Universal por el primer año de gobierno del presidente Felipe Calderón dijo: “A fines del mes de octubre (2007), el gobernador de Tabasco, Andrés Granier, intenta convencer a los habitantes de Villahermosa, por todos los medios, de que habrá una gran inundación”.

“Desafortunadamente —agrega ese 30 de noviembre de 2007 el análisis de El Universal— no hay respuesta de éstos, y el primero de noviembre la ciudad queda debajo de hasta cuatro metros de agua, provocando cientos de miles de damnificados”.

La misma historia. Pero esta vez las aguas pueden venir más fuerte. En la filmación anterior no hubo escenas de muertos que le dieran mayor drama a la cinta “El paraíso perdido”. Esta vez pareciera que sería una de las más impresionantes partes del rodaje. Los villanos se saldrían con las suyas, más que la vez pasada.

Más taquillera que “Tiburoneros”, “Morir en el Golfo”, “Lo mejor de Teresa”
—otras películas filmadas en el paraíso tabasqueño— puede resultar este rodaje, si no hay un cambio en el guión y se convence al retiro de los actores de las riberas de los ríos.

De todas formas está demostrado que la industria cinematográfica sigue siendo uno de los grandes negocios. En este filme, cuya primer versión, no viví completamente en su rodaje, el gasto en los escenarios ha superado toda idea.

Esto aparte del presupuesto normal que estaba dedicado para que las aguas no se salieran de control como hace tres años.

La verdad parece que el gran negocio no está ni en los guionistas ni en los directores sino en los que mantienen los sets.

Lado Claro

Macario Schettino lo advirtió hace tres años: No se trata sólo de apoyar por unas semanas a la población, sino además de reconstruir por completo una ciudad de un millón de habitantes, su economía y su infraestructura. Un trabajo titánico que llevará meses, o posiblemente años.

*Periodista. Premios: Radio Chapultepec, Club Primera Plana (35 y 40 años), Premio México de Periodismo, el Premio Estatal 1991 y el Rumbo Nuevo 2010. Ha publicado Periodismo y utopía, Vocabulario tabasqueño (en colectivo) y el prólogo de La última ruta de Cuauhtémoc, de Humberto Muñoz Ortiz www.erwinmacario.blogspot.com

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