lunes, 18 de octubre de 2010

Opinión: Dolores Gutiérrez Zurita / Oct 18

Comentario semanal

Lunes 18 de Octubre 2010.
comentario semanal transmitido en el noticiero radiofónico de JUAN URCOLA 90.9 FM del grupo TABASCO HOY.

Luego de ser testigo de la perfecta operación que permitió rescatar con vida a los 33 mineros en Chile, quienes estoicamente vivieron 69 días a 700 metros de profundidad debajo de la tierra; y cuando aquí en Tabasco la naturaleza nos ha dado una tregua de mas de 15 días sin lluvias, lo que ha permitido - a pesar de la extracción constante de entre 2 mil 300 y 2 mil 400 metros cúbicos de agua de la presa Peñitas -, la disminución mínima, pero baja al fin de los niveles de los ríos, especialmente del Carrizal, gobernados y gobernantes deberían reflexionar sobre la urgente necesidad de retomar el camino y sin olvidar lo apremiante, ubicar el problema presente de las inundaciones en su actual dimensión para canalizar esfuerzos a otras tareas que urgen iniciar en Tabasco.

Es imposible no comparar la forma en que el gobierno de Veracruz y su sociedad han encarado las gravísimas inundaciones que también les afectan. La diferencia entre como se encara el problema en Veracruz y en Tabasco, es de actitud.

Actitud para hacer frente al presente, al hoy. Actitud para reconocer que la solución no está en convertir la lamentación en una constante, en una oración de vida.

Actitud para transmitir confianza, ánimo y esperanza a toda hora, en todo momento. Actitud para reconocer y sancionar ejemplarmente a quienes desde sus cargos públicos defraudaron la confianza de servir honestamente.

Tabasco no puede, ni debe perder un minuto más en el tema de la inundación. Debe sí, invertir cada minuto en resolver el tema de la inundación, pero atender de inmediato todos los saldos que la misma inundación ha dejado y dejará.

Resulta ocioso que diariamente se rinda un parte de la inundación, pero se lamenta más, que en esas conferencias de prensa a la que asisten como fuentes de información funcionarios estatales y delegados federales, no se anuncie una sola buena noticia. Que gratificante sería por ejemplo, escuchar con datos y porcentajes a cuantos pequeños productores se les está apoyando ya; cómo y cuanto del hato ganadero se está rescatando para que este principalísimo sector no pierda su presencia en el mercado nacional.

Esperanzador sería conocer con pruebas irrefutables cómo se ha logrado que las mujeres tabasqueñas costureras, cocineras, agricultoras de traspatio, mini comerciantes, gracias al apoyo oficial están tra-ba-jan-do, más allá del problema familiar de que sus casas sigan bajo el agua.

Los tabasqueños ya intuyeron que lo peor de la inundación pasó, prueba de ello es que durante el fin de semana se observó intensa movilización de camionetas cargadas con enseres domésticos de regreso a los hogares. Por tanto, si los afectados ya le dieron la vuelta a la página, es tiempo de que las autoridades hagan lo propio. Que con ánimo, alegría y planeación, motiven y dirijan la etapa más difícil, la de la reconstrucción.

Lograr tales objetivos será imposible de persistir la tendencia gubernamental estatal de llorar en lugar de impulsar; de auto compadecerse en lugar de tomar la iniciativa y dar un paso al frente. Sin duda se requerirán recursos económicos que no se tienen pero sobre todo, en Tabasco lo urgente es que el Gobierno del Estado, cambie de actitud. Ahí puede estar la diferencia entre avanzar o permanecer rezagados.

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