jueves, 7 de octubre de 2010

Ojo Visor: Jacinto López Cruz / Columna / Oct 07

(Publicado en el Diario Rumbo Nuevo)

Tramposos

Hace unas semanas en este espacio comentaba que mientras el Comité Técnico de Operación de Obras Hidráulicas encargado del manejo de las presas en el Alto Grijalva acordaba con el gobierno estatal cuál sería la extracción de agua que saldría de la presa de Peñitas, otra podría ser la realidad, ya que hasta donde se sabía, ningún funcionario del gobierno estatal estaba encargado de verificar en el terreno de los hechos, que efectivamente el personal de la Comisión Federal de Electricidad responsable de las operaciones de la presa estuvieran cumpliendo con el nivel de turbinación del volumen de agua acordado, para darle certidumbre al asunto, dado que las marrullería que suele emplear la CFE, podría darnos un susto.

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Pues bien, las dudas o suspicacias en torno al real volumen de agua que se está turbinando de las presas, pronto se han incrementado, a raíz de las recientes declaraciones del gobernador del estado, Andrés Rafael Granier Melo en el sentido de oponerse a que se siga incrementando el volumen de extracción de la presa de Peñitas porque no existen las condiciones técnicas para que los bordes de contención soporten el peso del agua al pasar por la ciudad de Villahermosa y sus alrededores, a la vez que mostró su extrañeza porque pese a que entre lunes y martes no había llovido en la entidad y parte de la zona baja de Chiapas, en forma rara, el río Carrizal incrementó su nivel en 19 centímetros, lo que dejaba entrever un manejo irregular de las presas del alto Grijalva.

Efectivamente, existe el total interés por parte de la dirección general de la Comisión Federal de Electricidad de turbinar un mayor volumen de agua hacia la planicie tabasqueña ante la desesperación de bajar los embalses de las cuatro presas que integran el Alto Grijalva que registran el “Nivel Máximo Ordinario”, es decir están llenos al cien por ciento, aunque exista un margen de maniobra con el “Nivel Máximo extraordinario” que de por sí no representa gran cosa a la hora de la operatividad porque si en el mes de octubre siguen cayendo las intensas lluvias en Chiapas y Tabasco, la necesidad de desfogar a mayor intensidad en las cuatro presas será algo irremediable o de lo contrario sería de catastróficas consecuencias.
Desde que se adelantó la temporada de lluvias en el mes de agosto, la propia dirección general de la CFE, mostrando su desprecio hacia la población tabasqueña, había determinado que pasara lo que pasara, incrementaría los niveles de turbinación de la presa Peñitas, misma que podría alcanzar los cuatro mil metros cúbicos por segundo.

Ante la gravedad de la inundación que ya lo tenía encima, el pasado 27 de agosto, el gobernador, Andrés granier Melo, se reunió en la Ciudad de México con el director general de la Comisión Federal de Electricidad, Alfredo Elías Ayub, donde analizaron la situación que prevalecía en la entidad a consecuencias de las lluvias, así como cual era en ese momento la operación de las cuatro presas que integran el sistema del Alto Grijalva, a partir de allí se acordó un incremento paulatino en la turbinación de la presa de Peñitas, decisión que quería tomar de manera unilateral la CFE, advirtiendo que si las cosas empeoraban, así tuvieran que ahogar a gran parte de la población tabasqueña turbinarían a cuatro mil metros cúbicos por segundo, aunque también Granier advirtió que no permitiría que tomaran una decisión de esa naturaleza que sería descabellada.

Así, entre la conciliación y la rispidez, porque aunque los detractores del gobernador no lo quieran reconocer, éste se fajó los pantalones ante la CFE y no permitió de primera intención que de golpe y porrazo se turbinara a dos mil 500 metros cúbicos por segundo, como un primer forcejeo para desfogar en el menor tiempo el embalse de Peñitas, pero en cambio estuvo de acuerdo en que el incremento fuera paulatino, para dar tiempo de realizar todos los procedimientos técnicos necesarios que evitaran hasta donde fuera posible que la capital del estado se inundara de nueva cuenta, pero además consciente de que no hay otro camino a seguir, más que permitir el desfogue de las presas cuyas aguas tienen que pasar por la planicie tabasqueña en su destino al mar.

Esa posición firme de Granier permitió que la CFE fuera desfogando Peñitas poco a poco, aun con ciertas dudas sobre el manejo de las presas, al tiempo que se fueron reforzando los muros de contención, y la Conagua realizaba su parte con las obras emergentes para intentar desviar el agua o en su defecto evitar que Villahermosa, en la zona de Tabasco 2000 y colonias aledañas se inundaran por la turbinación de las presas.
Hasta ahí parecía que todo marchaba bien, aunque el Ojo Visor, que en todo está, ya había advertido de un posible chanchullo de la propia Comisión Federal de Electricidad, porque mientras el Comité Técnico acordaba turbinar a cierta intensidad, ¿Quién verificaba allá en Peñitas que realmente se estuviera desfogando al volumen acordado?, la denuncia del propio gobernador Granier en el sentido que le causaba extrañeza que si entre el lunes y martes no había llovido en Tabasco ni en la zona baja de Chiapas, después de Peñitas como era posible que el río Carrizal hubiera incrementado su nivel en 19 centímetros.

Si no llovió en gran parte de Tabasco, sobre todo en las zonas por donde pasan los ríos que confluyen al Carrizal, y si después de la presa de Peñitas tampoco se registraron lluvias que permitieran incrementar el nivel de éste afluente hasta en 19 centímetros de lo que ya tiene de agua, ¿por qué se incrementó su nivel?

No hay otra razón, la Comisión Federal de Electricidad le está jugando chueco al gobierno tabasqueño, está queriendo desfogar a un mayor volumen sin importarle la seguridad del pueblo de Tabasco y eso es un delito de lesa humanidad, es una brutal negligencia criminal, ya que mientras el gobernador está creyendo que están turbinando al volumen acordado, los técnicos de la CFE responsables directos del manejo de la presa de Peñitas están tomando otra decisión, y ésta artera acción que raya en lo criminal es condenable, porque a la paraestatal no le interesa la suerte que corran cientos, miles de tabasqueños, porque para ellos, antes que la seguridad de las personas, está la seguridad de las presas, claro, es indispensable la seguridad de los embalses, pero no se vale que quieran ahogar a los tabasqueños.

No se vale, que mientras el gobernador, Andrés Granier Melo cree en los acuerdos del Comité Técnico y se tiene la seguridad que se está turbinando al cierto volumen de agua, la realidad es otra, se incrementa por debajo del agua el nivel de desfogue y eso es grave, se tiene que revisar qué está pasando, y dejar de lado las trampas, porque podría presentarse un grave problema y todos pagarían las consecuencias.

Por otra parte, ayer la directora de Protección Civil a nivel nacional, Laura Gurza aseguró que durante los próximos 15 días la turbinación de Peñitas se mantendría en 2450 metros cúbicos por segundo, al menos que se presente algún cambio climático, según ella variaría la turbinación, pero lamentablemente todos los pronósticos sobre las lluvias se han estrellado en el suelo, porque el Servicio Meteorológico ha fallado de manera sistemática, ya que cuando dice que no va a llover, llueve, y cuando dice que va a llover, no llueve. Así que habría que recibir con las reservas del caso, las predicciones del Servicio Meteorológico Nacional.

De igual forma, a nivel nacional al propio director de la CFE, Alfredo Elías Ayub, le está pesando toda la ola de corrupción en que incurrió Néstor Félix Morales Díaz, quien fuera director de operaciones y que recibiera un yate de lujo valuado en 2 millones de dólares, un Ferrari y millones de dólares a cambio de entregar contratos a una empresa de Houston, mismo que fuera descubierto por agentes federales de Estados Unidos, porque en México hasta la antigua secretaría de la Contraloría y Desarrollo Administrativo lo encubrió. Corrupción vil.

CITA

No se vale, que mientras el gobernador, Andrés Granier Melo cree en los acuerdos del Comité Técnico y se tiene la seguridad que se está turbinando al cierto volumen de agua, la realidad es otra, se incrementa por debajo del agua el nivel de desfogue y eso es grave, se tiene que revisar qué está pasando, y dejar de lado las trampas, porque podría presentarse un grave problema y todos pagarían las consecuencias

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