(Publicado en el Diario Tabasco Hoy)
¿Qué nos enseñó la inundación? (III)
Los dos días anteriores he picado piedra sobre los errores que cometemos a diario. Entre ellos no tomar en cuenta lo que la naturaleza nos propone para que ya no sigamos cometiendo las mismas burradas. Que ya estuvo bueno que la estemos depredando, maltratando, abusando. He dicho incluso aquí que cada año nuestro mejor papel es llorar desconsoladamente.
Pero no ponemos algo de nuestra parte; no proponemos algo para salir de la esfera de poder que nos impone la Federación. Para el tabasqueño todos son culpables, menos los tabasqueños. Somos dueños del 33 por ciento del agua nacional, pero no hacemos nada para controlarla, apreciarla y venderla.
Nadie había reparado, por ejemplo, en un detalle: que a pesar de ser dueños de tan magnificentes volúmenes de agua, ¡le debemos a la Federación 17 mil millones por usarla! ¿No le parece descabellado que debamos a la Federación por lo que es nuestro? ¿Hay algo más oculto y misterioso que no sepamos y que nos puede reventar en cualquier momento? Veo el accionar de los diputados locales tabasqueños. Todos ellos andan en su negocio, la política, pero nadie dedica sus mejores esfuerzos a pensar en Tabasco. Por eso somos ignorantes y pendejos.
Nos basta con que haya bajado el agua en las comunidades para sentirnos satisfechos. En su columna de ayer, Samuel Cantón Zetina fue lapidario, pero estoy seguro que nadie tomará en cuenta lo que escribió.
Cantón Zetina dice que tras la inundación vendrá toda una secuela de enfermedades. Tiene razón lo que comenta. Quizá nadie haya reparado que la Federación estaría preparándose para una epidemia de influenza --principalmente en Tabasco-- pero a nosotros eso nos estaría valiendo puro gorro. ¡Nos vale, pues! Lo peor es lo que también comentaba este su servidor con respecto al apoyo que PEMEX debe dar a uno de sus principales productores de petróleo: Tabasco.
Si mis datos son verídicos, habría habido una petición de la Conagua a la paraestatal, para desazolvar áreas en la ramificación de los ríos Samaria y Carrizal. Concretamente en lo que se conoce como "Derecho de vía 006". Ahí, la prepotencia de PEMEX permitió tender sobre los lechos de esos ríos, tubería lastrada (Cuando menos cinco líneas de 20 pulgadas de diámetro y otra más, la más impresionante, la tubería de 48 pulgadas que lleva el gas del área del cretácico hacia la frontera con Estados Unidos.
Ese trabajo se habría encargado a la empresa GEOTECH, presuntamente propiedad del ex director de PEP, José Refugio Serrano, a pesar de ser una de las empresas con más observaciones por parte de la SFP. Obviamente, el artífice de esta maniobra sería otro muy observado personaje, Benito Maranto Barrera, gerente de Construcción de la dependencia en Tabasco.
Si GEOTECH fuera capaz y experta no habría "fijón", pero se da el caso que es tan incapaz que bien pudiera provocar una desgracia mayor (una explosión) en la compuerta del Macayo. Ese sería el peligro…
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