domingo, 10 de octubre de 2010

Doble Filo: Homero T. Calderón / Columna / Oct 10

(Publicado en el Diario Tabasco Hoy)

Las mujeres de mi vida (II)

Cuando escribo con el título que esta columna sugiere, no es que yo esté peyorizando mis pensamientos con la situación. Son en todo caso mis vivencias al lado de mujeres, junto a ellas, compartiéndolo todo: Espacios públicos, amistad, relación profesional et al. Hablar de "mis mujeres" es hablar con mucho respeto de las que destacan. Mis mujeres en lo sentimental ya fue tema de una de mis columnas pasadas. Tengo en Tabasco 29 años. En ese lapso he conocido a muchísimas mujeres. Casi todas ellas llegaron a mi vida merced a mi trabajo de periodista. Hace igualmente muchos años, viviendo en la ciudad de México, conocía través de sus textos, a una tabasqueña ejemplar: Doña Rosario María Gutiérrez Eskildsen. La "Gutierrización" de su apellido la liga con muchos Gutiérrez de Tabasco. Por ejemplo, con David Gustavo Gutiérrez; o con mi hermanísima Gabriela Gutiérrez Lomasto; o con los hermanos José Luis o "Chaco" Gutiérrez; o con Dolores Gutiérrez Zurita. Con el "Eskildsen" ni me meto porque los estetas de la filología podrán darme un baño de su conocimiento. Creo, sin embargo, que el Eskildsen tiene mucho de origen teutón pero quién sabe. En tratándose de mujeres, puedo hablar --por ejemplo-- de una tabasqueñísima, hermosa y leal amiga como Magali Broca, que durante muchos años ha sido una amiga fiel y muy ligada a mis afectos. Magali me nutre con su charla y sus chascarrillos. Me contó Magali uno de estos hace algún tiempo, que me gustaría que usted se tomara la molestia de leerlo. Cuenta Magali que un hombre trabajaba desde hacía muchísimos años en una procesadora de enlatados. Un buen día éste le confesó a su mujer que estaba poseído por una terrible obsesión. Le asaltaba el impulso incontrolable de colocar su pene entro de la cortadora de pepinos. Espantada la esposa, le sugirió que consultara con un psicólogo. El marido le prometió que lo pensaría pero continuó repitiéndole y repitiéndole el mismo cuento hasta que ella un día, aburrida y cansada de las necedades del hombre, le dijo: --De acuerdo, mete tu chingadera en la cortadora de pepinos y que te vaya bien, ya me tienes hasta el gorro con tus pendejadas… Al día siguiente el marido llegó a casa cabizbajo y muy abatido… --¿Qué pasó mi vida?, le pregunto la mujer perversamente, pero preparándose para lo peor… --¿Te acuerdas de mi compulsión por meter el pene en la cortadora de pepinos?... --Oh no, gritó la mujer; dime que no hiciste eso, por Dios… --Sí, lo hice, responde el sujeto… --¿Y qué pasó mi cielo?, le pregunta aterrada la hembra ... --Pues que querías que pasara, me despidieron, responde el marido… --¿Y que pasó con la cortadora de pepinos? ¿Te lastimó mucho mi amor?, inquirió la esposa… --No, a ella también la despidieron… MIS OTRAS MUJERES Así son algunas amigas. Tengo otras. Para mi la luchadora social más grande que ha tenido Tabasco en los últimos cincuenta años es Gabriela Gutiérrez Lomasto. Su impecable figura pública, su crítica hacia los imbéciles y los delincuentes oficiales, raya en lo extraordinario. Que grande, que salvajemente lúcida es Gabriela en su charla personal, en sus críticas políticas, a la hora que escribe sus jaculatorias contra los malos funcionarios, que sobran --desgraciadamente-- en Tabasco… --OTRAS dos mujeres que han pasado por mi vida de periodista son Candita Victoria Gil Jiménez, Rectora de nuestra Universidad y Rosa Beatriz Luque Green, secretaria de Educación estatal. Son tan intensamente importantes, lúcidas al igual que Gabriela Gutiérrez y maravillosamente eficientes en las encomiendas políticas que les fueron entregadas. Muy a pesar del deficiente nivel que existía en la calidad académica de la UJAT hasta hace pocos años, Candita Gil se ha sublimado para que nuestra Máxima Casa de Estudios esté entre las primeras veinte Universidades públicas del país. Por eso estimo a la Canda y la siento muy pegada a mi manera de pensar, de hacer periodismo. Obviamente, la Rectora tiene adversarios de muy alto nivel destructor que quisieran verla desollada en una esquina de alguna Alhóndiga cualquiera. Quizá como una fracasada, como hay muchos en la vida pública de este estado. Pero su alto "ratting" político, sumado a su dossier académico, la sitúan como una mujer de excelencias, como una de nuestras figuras públicas de mayor rango y proyección. --EN IGUALDAD de circunstancias, con una recia personalidad aunque inmersa en complejidades muy diferentes a los de la Rectora, la titular de la Secretaría de Educación, Rosa Beatriz Luque Green, cumple un exitoso papel como catalizador terminal no sólo con la población escolar sino --complejamente-- con los sindicatos. Sólo recuerde que la titular de Educación maniobra con cuatro de estos gremios, todos ellos de una deficiencia catástrófica: el SUTSET, el SITET, el SITETET, y el SNTE. Ni a cual irle. Maniobrar para poner en movimiento ese pesado vehículo de doble remolque, equipado con un mínimo motorcito de solo cuatro cilindros, es una proeza extraordinaria. Lidiar con esas rémoras es toda una hazaña. Por eso Rosa Beatriz sigue siendo una de mis favoritas, una de las mujeres más cercanas a mi vida…

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