jueves, 6 de mayo de 2010

EDÉN POLÍTICO: Pedro Lara Hernández / May 06

ooo
¿DE QUÉ PASTA ESTAMOS HECHOS LOS MEXICANOS?

“A mí no me importa si el gato es blanco o negro,

lo único que me interesa es que cace ratones”

Deng Xiaoping. Presidente de China.


Me cuenta un viejo sabio de mi pueblo, que en una ocasión un general retirado llegó a un pueblo con bellas playas. Al poco tiempo de estar en ese lugar, el singular personaje empezó a vender terrenos en la playa a las personas que tenían interés de adquirirlos. Cuando vendió suficientes terrenos, de pronto, desapareció de ese lugar. Un día, años más tarde, uno de los compradores lo vio en un restaurante. Acercándosele con intenciones de reclamarle, le dijo, usted es el general que vendió terrenos en la playa de aquel pueblo. Contestándole, sí, yo soy el general. Exclamando de inmediato, ¡Ah para haber pendejos en ese lugar! El amigo que intentaba reclamarle, como pertenecía al numeroso ejército aludido, hasta olvido el reclamo, diciéndole, sí, efectivamente hay muchos, y se despidió.

Esta ilustrativa anécdota apunta con claridad algunas características básicas de los que poblamos este grande y rico país. Somos personas poseedoras de una gran ignorancia, y por lo mismo con enormes posibilidades de ser explotadas y manipuladas por un selecto grupo de políticos listos, empresarios y representantes de grupos trasnacionales que gozan grandes privilegios a costa de nuestra deficiente condición.

El Presidente de Costa rica, Oscar Arias, en un memorable discurso pronunciado en la Cumbre de las Américas el 29 de abril de 2009, se preguntaba ante los presidentes de todo el continente americano que sufrimos las mismas deficiencias: “¿Qué hicimos mal? Para comenzar, tenemos una escolaridad de 7 años. Esa es la escolaridad promedio de América Latina y no es el caso de la mayoría de los países asiáticos. Ciertamente no es el caso de países como Estados Unidos y Canadá, con la mejor educación del mundo, similar a la de los europeos. De cada 10 estudiantes que ingresan a la secundaria en América Latina, en algunos países solo uno termina esa secundaria. Hay países que tienen una mortalidad infantil de 50 niños por cada mil, cuando el promedio en los países asiáticos más avanzados es de 8, 9 ó 10. Nosotros tenemos países donde la carga tributaria es del 12% del producto interno bruto, y no es responsabilidad de nadie, excepto la nuestra, que no le cobremos dinero a la gente más rica de nuestros países. Nadie tiene la culpa de eso, excepto nosotros mismos”.

… “En 1950, cada ciudadano norteamericano era cuatro veces más rico que un ciudadano latinoamericano. Hoy en día, un ciudadano norteamericano es 10, 15 ó 20 veces más rico que un latinoamericano. Eso no es culpa de Estados Unidos, es culpa nuestra. Yo me pregunto: ¿quién es el enemigo nuestro? El enemigo nuestro, es la falta de educación; es el analfabetismo; es que no gastamos en la salud de nuestro pueblo; que no creamos la infraestructura necesaria, los caminos, las carreteras, los puertos, los aeropuertos; que no estamos dedicando los recursos necesarios para detener la degradación del medio ambiente; es la desigualdad que tenemos, que realmente nos avergüenza; es producto, entre muchas cosas, por supuesto, de que no estamos educando a nuestros hijos y a nuestras hijas.”

… “Uno va a una universidad latinoamericana y todavía parece que estamos en los sesenta, setenta u ochenta. Parece que se nos olvidó que el 9 de noviembre de 1989 pasó algo muy importante, al caer el Muro de Berlín, y que el mundo cambió. El siglo XXI es el siglo de los asiáticos, no de los latinoamericanos. Y yo, lamentablemente, coincido con ellos. Porque mientras nosotros seguimos discutiendo sobre ideologías, seguimos discutiendo sobre todos los “ismos” (¿cuál es el mejor? capitalismo, socialismo, comunismo, liberalismo, neoliberalismo, socialcristianismo...), los asiáticos encontraron un “ismo” muy realista para el siglo XXI y el final del siglo XX, que es el pragmatismo.”

El Presidente latinoamericano Oscar Arias concluye diciendo en otro discurso, sobre la misma temática, pronunciado el 24 de febrero de 2010: “Yo aún espero un nuevo día para América Latina y el Caribe. Espero un futuro de grandeza para nuestros pueblos. Llegará el día en que la democracia, el desarrollo y la paz llenarán las alforjas de la región. Llegará el día en que cesará el recuento de las generaciones perdidas. Puede ser mañana, si nos atrevemos a hacerlo. Puede ser el próximo año, la próxima década o el próximo siglo. Por mi parte, yo seguiré luchando. Sin importar las sombras, seguiré esperando la luz al final del arcoíris. Seguiré luchando hasta el día que llegue.”

Ojalá los mexicanos hagamos bien algún día, no muy lejano, nuestra tarea.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.